Ya sabemos que las agendas son de ella: Michelin lo dijo, Milagros también y ahora Martín nos lo terminó de confirmar. Ya sabemos también que Oropeza salió en el "momento preciso" para que nos olvidemos de lo de ella y de paso no "reventara" más, toda la pudredumbre que se ha vuelto este gobierno (granada de por medio).

Sabemos que la inseguridad es tanta que hasta el collar de mi perro desapareció de un parque en Surco. Matan, extorsionan y hacen lo que quiera con las personas que salen a ganarse esos frejoles que el Estado no puede brindar sin que estos esten con gusanos dentro (Kali warma).

El fenómeno de "El niño" nos vino encima y va a estar por acá una larga temporada, pero aun Humala y compañía no pueden ver más a allá de los ojos de sus asesores y aún no toman las medidas de contigencia necesarias para poder paliar las consecuencias en la zonas, donde los daños pueden ser más críticos.

La cosa en economía tampoco es tan buena que digamos. Gracias a papá Lucho, el BCR viene interviniendo para que el dólar no siga subiendo y pues, en el mercado internacional el precio de los metales se nos vienen cayendo como a mi, el pelo. Lamentablemente, en un país productor de materia prima sin valor agregado, sumado a la desaceleración de la economía local, no nos trae cosas buenas y poco a poco nos está arrastrando.

En menos de un mes, papá Humala ha salido a la tele con su mejor terno y su mejor corbata roja a hablar y decir que se están tomando todas las medidas para poder cubrir las emergencia de un país que se está cayendo por la crisis del ejecutivo y evade cualquier pregunta que tenga que ver con...ya sabemos qué. No fue necesario verte en esas entrevistas para escuchar toda esa sarta de sandeces y evadir esos temas que al peruano de a pie, como yo, le angustia.

Eso de pensar una y otra vez el no salir a una pollería o a un pizzería para evitar que se metan los delincuentes con tiros al aire y te roben absolutamente todo, o que no puedas abrir la puerta de tu casa sin encontrar granadas, arreglos florales de difuntos o notas románticas de los extorsionadores, créeme querido presidente que a nadie le gusta.

Yo no tengo a agentes de seguridad del Estado al pie de mi puerta como tu y tampoco tengo un auto blindado. Yo solo tengo dos pies, mi tarjeta del metropolitano, del tren eléctrico y mi aplicación de Taxi Beat para poder movilizarme; sin contar que ando mandando por WhatsApp los números de las placas de todos los autos a los que subo. Ya no me voy en la "s", porque también se suben los delincuentes (y no es que tampoco sea pudiente que solo me movilizo en taxi). Mi celular se ha vuelto telefono fijo y lo dejo en mi casa, porque no quiero que me lo roben; le he puesto un millón de llaves y un chicle a la puerta de mi casa, para que nadie se meta y haga mudanza con mis cosas.

Tampoco voy a decir que he vivido en una burbuja y que no he visto ni he sabido de estos temas; he vivido en Breña (sí, en Breña, cerca de donde encontraron las granadas) y de delincuentes y maleantes sé bastante, pero el nivel al cual ha llegado la inseguridad ahora, es alarmante.

No me acuerdo mucho de cómo fue la época del terrorismo, porque era muy pequeña, pero mi mamá y mis tías me cuentan con una expresión de congoja y terror por lo que pasaban en esos años y después de casi treinta años, puedo ser testigo de esas expresiones en la cara de las personas que veo en la calle.

Claro, tu ya te vas, ya no vas a estar en ese sillón donde varios millones de peruanos te pusieron. Le vas a dejar el muerto al que viene, porque nica que harás algo y menos si tu esposa no te da permiso.

Yo no voté por ti, porque me dabas mala espina y mira que no me equivoqué, pero lamentablemente, cuando llueve, todos se mojan y acá estoy expresando mi queja.

Déjate de cortinas y entrevistas "light", haz tu chamba y compórtate como lo que eres...

(Presidente por si acaso)