Sigo a Pau desde el año 1997 más o menos, en ese momento era una mísera e insignificante flaquita de casi 10 años que se encerraba en su casa después del cole a escuchar música y le pedía a su mamá que le comprara cassetes de bandas y grupos que en la vida ella había escuchado; era una niña que no pidió un año ni propina ni regalos ni nada parecido, con tal que le compren un discman que en ese tiempo costaba un platal.

Escuchaba canciones de Pau con un diccionario al lado, cuando no sabía una palabra; escribía en un cuaderno todas sus letras y veía en Uranio 15 los videos musicales y era feliz cuando sonaba "La flaca".

Mientras escribo esto, se me eriza la piel con tanto recuerdo bonito y con tanto baile que le metia a las canciones de Jarabe de Palo, que según mi mamá "era el único jarabe que me gustaba"; los sigo desde siempre, lloraba con sus baladas y hasta ahora sigo cantando sus canciones mientras manejo bicicleta, los tengo ahora en mi playlist del teléfono y en la compu de la chamba. Para mí es una banda muy mía, muy Mafita, muy sensible.

Bailaba con "Bonito" en el 2003, tenía mi polo rojo como en el video y al salir del cole me la pasaba diciendo "todo me parece bonito" aunque haya sido una día horroroso. Sucede que, y fácil a la mayoría le ha pasado, que muchas canciones te arrastran automáticamente a un momento, día, año, escenario, recuerdas absolutamente todo lo sucedido (bueno, malo, triste, alegre, no sé) y para este grupo, solo tengo recuerdos muy lindos, gratos y emotivos.

Siempre quise verlos en vivo, pero no se pudo hasta recién el 2012, en el que pude hacerlo y cual fan enamorada, canté, grité y lloré; la magia de los conciertos hace que muchas veces haya una conexión alucinante entre la letra, la melodía, la interpretación y cada uno de los recuerdos que la acompañan: es un momento feeling y bien pajita.

El año pasado volvían para el Festival Viva por el Rock, pero una noticia lamentable para muchos y para el propio Pau, hizo que se cancelara su presentación: le diagnosticaron cáncer al colon y pues debía poner los cinco sentidos, el corazón y la fuerza para poder vencer al "bicho".

En Instagram, cada día, Pau comparte sus días entre sus ensayos y las visitas al hospital para sus doce quimioterapias que el doctor le ha ordenado. De repente, muchos no conocen qué es el cáncer, qué se siente o qué es lo que uno debe decir o hacer en casos como esos; déjenme decirles que la carga emocional es enorme y que la presión de sentir que la vida se te puede ir de las manos de un momento a otro, te dan mucha fuerza para poder luchar contra esa enfermedad que nadie busca. Como dice mi mamá "solo se enferman los que quieren y se dejan vencer" y Pau, para mí es un ejemplo de no darse por vencido.

Siempre tiene una sonrisa, un mensaje de aliento y ánimo, no tiene tiempo de lamentarse ni de ponerse triste. Por ratos, me hace creer que tiene una gripe, porque realmente eso es lo que exterioriza hacia sus fans, su familia y todos a su alrededor.

El cáncer es difícil, eso lo sé personalmente, pero saber que ya tienes más de dos años de remisión y que puedes ver con unos ojos diferentes a ese Pau que está luchando con alegría por vencerlo día a día, hace que todo se vea bonito.

Fuerza Pau, dale al jarabe contra el cáncer.