De ptmre que los demás países se solidaricen con Perú para que vayamos a Rusia, todo bien con eso, hasta es imposible no ponerse a llorar o que se te erice la piel con cosas como: “Hermanos peruanos tendrán 49 millones de colombianos apoyándolos en el repechaje. Nos vemos en Rusia”, pero nadie nos está regalando nada ni nosotros estamos mendigando un cupo ¿eh? Así que hay que bajar de la nube un ratito, ser consecuentes y tener en cuenta que aún falta para poder salir a la calle calatos, porque nos vamos al mundial.

Que los puntos de reclamo, que el gol que fallamos, que si le hubiéramos ganado a Venezuela, que el error de Ospina, porque era un tiro libre indirecto, que el meme de la monja con sus chelas... ya no hay nada más que decir al respecto, es solo pasar un día a la vez y seguir a la expectativa.

Sin embargo, hay algo resaltante y hasta preocupante sin caer en la exageración: el estadio; como por ahí leí, estuvo "lleno de revendedores", pues lo de ayer nos sigue dando en la cara sobre lo que nos falta aprender: qué es estar en un estadio. Ahí se va a gritar, llorar, saltar y putear. Si te quieres sentar, quédate en tu casa, en la comodidad de tu sofá; si quieres enseñar tus extensiones de cabello o tu laceado brasileño, quédate en tu casa; si quieres enseñar tu camiseta de casi 200 soles mal cosida y estar sentado como un huevón (sorry), quédate en tu casa; en serio, quédate. Al estadio se va a gritar y alentar hasta morir por tu país, porque tu país está jugándose las últimas oportunidades para ir a Rusia; en el partido con Argentina, los peruanos que estuvieron en la Bombonera, gritaron más que los que estuvieron ayer.

Desde tu casa podías escuchar los gritos de las otras casas con el gol de Paolo, yo he gritado al punto de estar afónica el día de hoy; así que si vas a ir al estadio, anda a conciencia, porque no te vas para el selfie ni para restregar en la cara tu entrada de reventa o para decir que te gusta el fútbol si ni siquiera sabes qué es una posición adelantada; ir al estadio no es cualquier huevada, uno va a ser representante de todos aquellos los que no podemos caber en un estadio que puede soportar mil veces más, los gritos de ayer.

Si te gusta el fútbol, tómatelo en serio; si no te gusta, no te vengas a subir al tren en el último momento a golpearte el pecho y decir “siempre supe qué íbamos a ir al mundial”; no. Tampoco quiero ser mezquina ni egoísta, porque la felicidad de estar en un mundial hasta el más escéptico la siente, pero piensen bien si pueden cargar esa responsabilidad de estar más de 90 minutos gritando y alentando a un país que desde hace 35 años no sabe lo que es estar en un mundial y ver tu bandera, roja y blanca, volar escuchando tu himno nacional.

Del partido de ayer, me quedo con la imagen de Paolo besando la camiseta, regresándonos a la vida después de ese gol de James, un gol que nos decía “aún se puede csmre” y a Falcao diciendo “los queremos ver en Rusia”.

Así que ahora que viene Nueva Zelanda, vamos a seguir dándole con todo y en la vuelta en Lima, prometo enseñarte lo que es gritar por tu país, así me tenga que trompear con un revendedor.

#ArribaPeru que sí se puede. ❤️

Una cosa más, #NoAlIndulto.