Mi sobrina es una niña de tres años, una niña que a su edad, lo único que debe hacer es comer, dormir y jugar hasta cansarse. Mi sobrina es tan común como el universo de niñas de esa edad: se ríe, hace bromas, travesuras, berrinches, y sacadas de quicio que hacen que una ponga en juego su nivel de paciencia. Mi sobrina está creciendo y en el corto tiempo, dejará sus palabras a media lengua, para ser una niña digamos que “más grande” con un nivel de criterio y raciocinio que le permita formar su personalidad y temperamento y a su vez, pueda desarrollarse dentro de la sociedad en la cual vivimos.

Como tía me pregunto si ella está preparada para esta sociedad o si la sociedad está preparada para ella. Tengo dudas, temores y preocupaciones al respecto, pues actualmente, el índice de violencia hacia los niños y niñas en el Perú, es alarmante. Según el Programa Nacional Contra la Violencia Familiar y Sexual entre enero y julio del 2017, el 65% de los casos de violencia familiar que involucraron menores, corresponden a niñas; mientras que el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables – MIMP el 70% de los casos de violencia sexual tuvieron a niñas como victimas durante el año 2016.

No es difícil seguir con los números y las estadísticas, pero es importante que tengan claro que es una realidad que ocurre en una sociedad en la que casi todos los días solemos escuchar algún caso de violencia en general y ya deben imaginar de aquellos casos que no son públicos; sin embargo, hoy que es el “Día Internacional de la niña”, se debe resaltar lo vulnerables que son dentro de los más vulnerables, ya que muchas veces sufren discriminación de género cuando se quieren atender en hospitales, cuando son víctimas de acoso diario en las calles al ir al colegio o cuando realizan labores "a escondidas" como empleadas del hogar, por ejemplo.

Podría continuar con los ejemplos, pero lo que quiero resaltar y enfocarme es que estas niñas muy pronto serán mujeres, mujeres con poder en la sociedad; por ello, es obligación del Estado darles la seguridad de que se sienten protegidas a través del cumplimiento de sus derechos, se encuentran libres de amenazas desde niñas y que se garantiza su total protección ante situaciones de emergencia, desigualdad y/o violencia.

Muchas veces, pensar como adultos, no hace perder la línea de que los niños y la niñas, en general, tienen, exactamente, la misma importancia en cuanto a la aplicación y cumplimiento de sus derechos como nosotros los adultos, tanto en nuestro país como en cualquier parte del mundo y por esa razón, la idea de celebrar este día es generar conciencia, sobre todo con ellas.

Quisiera que mi sobrina sepa y se asegure que sus derechos se encuentran intactos y que ante cualquier situación que dañe su integridad física y psicológica, tenga, al igual que las demás niñas, la seguridad de que se encuentra protegida.