Esto no es un "Ni una menos" es un #NingúnSerHumanoMenos
Definitivamente, ante hechos tan terribles como lo ocurrido ayer con Eivy Agreda de 22 años, muchas personas dan su opinión al respecto, algunas atinadas, otras tristemente, no.
Es totalmente, indignante y no hay razón coherente que justifique lo que hizo este hijo de puta -disculpen la expresión, pero no tengo otro calificativo- con ella. Es más, no existe razón alguna en este mundo que lo explique, pero hay personas aquí que parece ser que tienen un poder sobrenatural que sí les permite tener una explicación para eso, punto que obviamente, no voy a tocar ni discutir, porque no es algo que comparta.
Pero no me van a dejar mentir en pensar al igual que yo, que así como hay hijos de puta como lo que prenden fuego a las personas en un bus o que violan a niñas y las meten en bolsas como si fueran cualquier cosa, hay quienes aprovechan todo este hecho mediático para sacar sus hashtags o decir que hay que salir a las calles o tomarse fotos frente a la prensa y golpearse el pecho y demás.
He leído en Twitter comentarios tan penosos de decir que porque era mujer, que por subirse a un bus, o porque algo le hizo al tipo ese. O sea ¿de verdad hay gente que piensa así? Como lo dije anteriormente, ¡no hay razón alguna que justifique un hecho así, no existe! Y esto va más allá de género o de usar un bus como transporte.
¿Cuántas personas utilizan los medios de transporte público? Millones de personas, millones, todos los días y a las 24 horas del día. Es totalmente difícil de entender que ahora no solo hay que cuidar que no te roben el móvil dentro del bus, o te toquen o rocen depravados sino también hay que cuidarse de que no te prendan fuego con gasolina dentro de él.
Esto va más allá de ser mujer, estoy hablando de personas; seres humanos como tú o como yo, como el señor que te atiende en una tienda, la señora que te sirve el almuerzo, el señor ejecutivo con el que tienes una reunión, tu mejor amiga, tu madre, tu primo, tu hijo, ¡seres humanos, seres humanos!
Digamos que esto es un problema social, asociado a temas de seguridad, salud, judicial, educación y hasta de religión si es que alguno por ahí se siente excluido, pero ven que no es fácil rotular o encasillar un tema así, porque son muchos los factores que pueden llevar a una persona a planificar sin escrúpulo algún un hecho así.
A todas aquellas personas con nombre y apellidos que han sido víctimas de hechos que no tienen nombre, pero que sí tiene un responsable primario, lamento mucho lo que le han ocurrido. Sé que desde donde estoy, una persona más, quizá no haya mucho que pueda hacer, más que levantar su voz de indignación y protesta, y hacer conocer estos casos a todas esas personas que no ven la realidad de este país que se cae a pedazos con tanta corrupción, violencia e impunidad.
Hacerle ver a esa gente que solo victimiza y crea conjeturas tiradas de los pelos ciñéndose a comentarios machistas, feministas y hasta religiosos. Es totalmente, increíble que tengamos que ver casos como estos para poder ver lo peor de todos nosotros, un caso de estudio psicológico y hasta psiquiátrico que ayude a entender el por qué hay personas que no tienen noción de la realdad en la que viven.
Ver a ese poder judicial mediocre y a entidades que deben velar por la seguridad de todos nosotros con la poca o nula capacidad logística e integridad moral para poder hacer su trabajo. A un gobierno que tiene su propio lio interno que tampoco puede hacer mucho por todos nosotros que prácticamente vivimos como salvajes.
Esa tensión y ansiedad de ver salir a alguien de casa y pedirle a todos los seres divinos así seas ateo que regrese con bien a casa o que no reciba llamadas para reconocer algún cuerpo o poner denuncias por desaparición o tener que ir sacando alguna licencia para portar armas y defenderse de toda esa violencia que el Estado aún no puede contener, controlar o erradicar.
Ya no quiero salir a las calles a marchar y quejarme por pedir que paren ya con la violencia, simplemente quiero salir a la calle y esperar a que no me maten, violen o quemen por razones que ni siquiera tienen justificación.