Para Dalia
Ayer fue un día doblemente emotivo para mí: Perú clasificó a las semifinales de la Copa América al ganarle por penales a Uruguay y también, fue la primera vez que asistía a la Marcha del Orgullo.
Ver la cantidad de personas caminando por varias cuadras, cogidas de la mano, felices, sonriendo, con carteles en los cuales expresaban la problemática por la que las personas LGTBIQ pasan y la razón por la cual salen a las calles: pedir igualdad.
Caminar junto con ellas y ver a detalle los mensajes que cada cartel decía, ver familias, niños y personas con perritos, fue muy enriquecedor para mí, y es que claro, hasta que no lo vives, no comprendes del todo la importancia de este tipo de manifestaciones y sobre todo, la importancia de cómo es que ha cambiado -para bien- la sociedad limeña, pero que aún no es suficiente.
Sin embargo, de todo ese mar de gente bonita, hubo alguien que me llamó la atención y es la señora que sale en la foto de este post, con un cartel que a mi definitivamente me llenó de emoción. Mientras le tomaba la foto y sonreía, me puse a pensar en cuántas madres y padres estarían aquí apoyando a sus hijos como ella.
Pensé en todo lo que ella y su hijo o hijos, han pasado y sufrido, exigiendo sus derechos en esta sociedad muchas veces injusta. Pensé en todos los padres de estos hijos e hijas, pensé en todo el amor que tienen para dar y pensé en lo afortunados que son esos hijos por tener a sus padres orgullosos y valientes acompañando esta lucha.
Pensé en lo importante que es la familia como pilar de amor y apoyo para uno. Mientras veía a la señora pensé en mi mamá y sobre lo afortunada que soy de tenerla, agradecí a Dios por ella y a su vez a la señora de la foto por todo el valor incondicional que vuelca en su hijo y lo inspirador de su mensaje para aquellos que por miedo, aún no demuestran quienes son.
Cada quien tiene sus propias luchas, pero es realmente admirable ver a todas estas personas unidas exigiendo su derecho como ciudadanos y como seres humanos. Me hizo ver gráficamente, lo que es una comunidad y sobre todo me hizo comprender aún más que no necesito ser LGTBIQ para apoyar esta lucha que finalmente, es de todos y para todos.
Es una obligación para nosotros que tengamos los mismos derechos, que seamos tolerantes ante las decisiones, elecciones, sentimientos e ideas de los demás y sobre todo, que seamos libres. Es prioritario que no solo el Estado -que ayer, participó activamente en esta marcha-, sino la sociedad y las familias tengamos en la mente la idea de que todos somos iguales, que todos podemos amar de diversas maneras y que unidos podemos vencer el odio, la ignorancia y el miedo.
Pido a todos aquellos que se sienten solos y temerosos, porque sus padres o sus familias los botaron de casa o les cuesta entender su bonita forma de ser, que no están solos; tienen una hermosa e inmensa comunidad, una familia gigante que los rodea y acoge con amor, apoyo y orgullo.
No estaba segura de escribir este post, porque no quería exponer a la señora de la foto y publicar su imagen sin autorización, pero gracias a las redes sociales pude contactar a Manuel, su hijo y él fue el que me dio permiso para poder subir la foto de esta mamá que para mí es la representación gráfica, real y tangible de todos estos padres y familias que forman parte de este universo diverso de personas que al igual que yo, busca, exige y lucha por igualdad de derechos y libertad de expresión sobre su forma de amar, sentir y pensar.
Gracias Manuel por tu gran corazón, por tu sensibilidad y por la maravilla de madre que tienes al lado y por lo afortunado que eres por el apoyo y orgullo que ella te brinda incondicionalmente, no solo como mamá sino como ser humano.
Gracias Dalia por ser una madre luchadora, amorosa y orgullosa de tu Manuel, gracias por ser el ejemplo vivo de la lucha de muchos padres en nuestro país, para conseguir la igualdad, tolerancia y derechos para sus hijos e hijas.
Me quedo corta de palabras para expresar lo que sentí ayer y al mismo tiempo me siento agradecida de que como sociedad, poco a poco estamos siendo un poquito mejores,a pesar de que aún nos falta mucho camino por recorrer.
Mucho amor para todos, mucho orgullo para todos, mucha igualdad para todos y mucha libertad para todos.