El que cuida a un Jedi
Por si alguno no lo sabe, mi papá José -mi abuelo materno- se encuentra en cama sin poder movilizarse ni poder hablar, ya que el año pasado sufrió de 2 ACV (Ataque Cerebro Vascular) que mellaron su salud y estado físico considerablemente. Ello generó que en mi familia tengamos que estar pendientes de su estado de salud y de su calidad de vida, ya que por su diagnóstico y su edad, restablecer su salud, es decir curarlo, ya no es posible.
Seguro que se les hará un nudito en la garganta o les será difícil pasar la saliva, por lo que acabo de contar y déjenme decirles que sí, realmente es difícil, frustrante y me hace preguntarme muchas veces el por qué le ha tenido que suceder esto a mi papito José. Pero la razón de este post no se va a centrar en él, sino en algo que muchos no reparan para todo aquel que tiene uno o más familiares enfermos: el papel del cuidador.
El cuidador es aquella persona que se hace cargo 24/7 de los cuidados y atenciones que debe brindarle a su familiar o paciente y que en adelante, llamaré Jedi. Resulta que al lado de cada Jedi, hay una persona -quizá dos o más- que tiene una carga gigante. No solo acompaña ni está con él viendo si respira. El cuidador es quien acompaña a las citas médicas, se encarga de lidiar con los cambios de ánimos del Jedi, de las horas en las hay que darle las dosis de medicinas y demás.
El cuidador se encarga de lavarle los dientes, cambiarlo de ropa, bañarlo, cambiarle los pañales porque no puede ir al baño solo y peinarlo. El cuidador se encarga de cocinar o preparar la comida, es quien escoge qué frutas o verduras puede comer, es quien con la dieta que el doctor de le ha dado al Jedi, debe saber si se le pueden dar carnes rojas, si puede comer postres, si le puede echar sal a las comidas, etc.
El cuidador escoge la ropa que le van a poner al Jedi en el día y a su vez, escoge la ropa que le vas a poner por si la primera muda se ensucia con comida o se moja con orina.
El cuidador se sienta a desayunar con el Jedi y se le van tres horas de la vida para una ensalada de frutas, una taza de avena y dos claras de huevo sancochadas. El cuidador a veces se olvida de su desayuno o lo toma frío con tal de que el Jedi pueda terminar toda la ración que le toca.
El cuidador se olvida de dormir. Siempre se queda con un ojo abierto y el otro cerrado, vive con unas ojeras enormes y a veces, no solo se olvida de cómo dormir, sino que se olvida de comer, de bañarse, de peinarse, de lavar su ropa.
El cuidador es quien se debe cambiar de ropa y lavarse la cara más de tres o cuatro veces al día cuando el Jedi tiene un mal día y te escupe toda la comida. El cuidador, debe limpiar lo que se ha ensuciado alrededor, lavarse la cara, volver a servir la ración del Jedi e intentar que se la termine sin que el 45% de la comida termine en el suelo.
El cuidador es quien debe acostar al Jedi y si él no puede caminar por sí solo, debe cargarlo hasta su cama, aún así le duela la espalda y se le hayan abierto las muñecas por el peso de cargarlo.
El cuidador es quien corre contra la corriente, se pelea con medio mundo y con todo el sistema de salud estatal con tal de obtener una cita, así tenga que estar en el hospital desde la noche anterior, durmiendo sobre cartones en el suelo. El cuidador lo hace, por el Jedi, sin quejarse.
El cuidador conoce sus análisis médicos, se sabe de memoria la historia clínica del Jedi y mira con esperanza al doctor para que le diga si por algún milagro o cosa rara del destino, su Jedi se encuentre un poquito mejor.
El cuidador mantiene su fe intacta, saca fuerzas hasta de debajo de las piedras por el Jedi y si lo miras, te responde con una sonrisa aunque sus ojeras sean más grandes que él.
El cuidador deja de lado su rutina habitual, hasta deja el trabajo con tal de cuidar al Jedi y velar por su bienestar y mantiene su deseo que por un momento el Jedi se olvide de esa mirada perdida que tiene todos los días y lo mire a la cara o le diga “hola”.
¿Es importante el Jedi que cada uno tenga en casa o en el hospital?, sí, lo es. Pero ese Jedi no sería o no haría nada si es que el cuidador no estuviera con él y es en este momento, en el que debes ponerte a pensar a cuántos cuidadores conoces.
Si tú estás leyendo esto y no eres cuidador, pero conoces a alguno, no te molestes por si él ya no puede salir contigo a una fiesta, a cenar o a hacer las cosas que antes hacía contigo. No es que ya no te quiera, entiende que ahora, su prioridad es cuidar a un Jedi al que quiere con todo el corazón y debe darse 24/7.
No te molestes con el cuidador por cancelarte tus planes, al contrario, búscalo, pregúntale cómo va su Jedi y luego cuéntale de otras cosas. Ayúdalo a sacarlo un poquito de la rutina con una buena conversación, ve a visitarlo si él no puede ir a verte, llévale un helado, una fruta, una cerveza, algo que le guste o dale un abrazo fuerte. Dile que puedes ver al Jedi un rato, mientras se va a dormir y recupera fuerzas.
Hazle saber al cuidador que lo que hace está bien y que quizá, aunque no es la situación más adecuada, -porque nadie espera tener a un Jedi enfermo-, tú estás de su lado y le puedes brindar todo el apoyo emocional que necesita.
Y si el cuidador te cuenta algo como que su Jedi lo llamó por su nombre, lo miró, dio unos pasos solo o soltó una carcajada valóralo y alégrate por él. Tú no tienes idea de lo mucho que significan para los cuidadores, esas reacciones inesperadas de sus Jedis, de verdad que no tienes idea lo genial que es.
Hazle saber sin decírselo que cuando llegue el momento en el que su Jedi se vaya al universo de Star Wars, tú estarás de su lado, tratando de que no se caiga. Pues aunque no lo creas, en el fondo, el amigo o persona más cercana de un cuidador, se convierte en el cuidador de ese cuidador. Y si estás dispuesto a ayudarlo, quédate a su lado, no lo dejes solo.